En la vasta y rica tradición culinaria china, el arroz blanco juega un papel esencial como acompañamiento, base y hasta como ingrediente principal en una variedad de platos. Cocinar arroz blanco perfectamente, especialmente al estilo chino, es un arte que equilibra textura, sabor y aroma, creando un lienzo perfecto para complementar tanto platos simples como complejos de la cocina china.
La importancia del arroz en la cocina china
El arroz no es solo un alimento básico en China; es una parte integral de la cultura y la vida cotidiana. Desde el sur húmedo y lluvioso, donde predomina el arroz de grano largo, hasta el norte, donde se prefiere el grano corto, el arroz se sirve en casi todas las comidas, preparado con precisión y cuidado.
Selección del arroz
La base para un buen arroz blanco comienza con la selección del tipo correcto de arroz. En la cocina china, comúnmente se utiliza el arroz de grano largo por su textura ligera y su capacidad para separarse bien al cocinarse. Sin embargo, el arroz de grano medio también es popular por su textura ligeramente más pegajosa, ideal para platos como el sushi o para usar con palillos.
Lavado del arroz
El primer paso crítico es lavar el arroz para eliminar el exceso de almidón, lo cual ayuda a prevenir que el arroz se vuelva demasiado pegajoso o gomoso. Coloca el arroz en un tazón grande y cubre con agua fría. Usa tus manos para revolver el arroz suavemente, luego drena el agua turbia. Repite este proceso 2-3 veces hasta que el agua salga clara.
Remojo
Aunque no siempre es necesario, remojar el arroz durante 30 minutos antes de cocinarlo puede mejorar la textura del arroz final. El remojo permite que los granos se expandan a su tamaño completo, lo que resulta en un grano más suave y una cocción más uniforme.
Proporción de agua a arroz
La proporción de agua a arroz es crucial. La regla general para el arroz de grano largo es utilizar 1 ½ partes de agua por cada parte de arroz. Para el arroz de grano medio, una proporción de 1 ¼ de agua por cada parte de arroz es suficiente. Sin embargo, estas proporciones pueden necesitar ajustes leves basados en la edad y la calidad del arroz.
Cocinando el arroz
El método tradicional chino para cocinar arroz blanco implica llevar el agua a hervir, luego agregar el arroz lavado (y escurrido si se remojó previamente). Revuelve una vez para separar los granos, luego reduce el fuego a bajo y cubre la olla con una tapa ajustada. Cocina el arroz a fuego lento durante 18 minutos, luego apaga el fuego y deja que el arroz repose, todavía cubierto, por 5 minutos más para que los granos terminen de absorber el agua sin que el fondo se pegue.
Consejos para el perfeccionamiento
No remover el arroz mientras se cocina: Esto puede romper los granos y liberar almidón, haciendo que el arroz se vuelva pegajoso. La calidad del agua importa: El uso de agua filtrada o purificada puede mejorar el sabor del arroz blanco. Ajuste el fuego: Asegúrate de que el fuego esté lo suficientemente bajo para evitar que el agua se evapore demasiado rápido y el arroz se queme.
Finalizando
Una vez cocido, deja que el arroz «respire» quitando la tapa después de los 5 minutos de reposo. Usa un tenedor para esponjar suavemente el arroz, separando los granos sin aplastarlos. Esto ayuda a liberar el exceso de vapor y evita que el arroz se vuelva demasiado húmedo o compacto.
Cocinar arroz blanco perfecto al estilo chino es una habilidad que mejora con la práctica. Siguiendo estos pasos y ajustando ligeramente según las necesidades específicas del tipo de arroz que estés usando, puedes lograr un acompañamiento simple pero sofisticado para una amplia gama de platos chinos. Con su textura ideal y sabor sutil, el arroz blanco bien cocido no solo complementa los sabores con los que se sirve, sino que también destaca por sí mismo como un testimonio del cuidado y la atención a los detalles en la cocina china.
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